Tal cual una madre aprende a identificar lo que su hijo necesita a partir del llanto, nosotros aprendemos a entender lo que nuestros perros nos quieren transmitir con sus ladridos, sus movimientos, el meneo de su cola, la posición de sus orejas y, por supuesto, con su mirada. En este artículo te mostraremos ocho diferentes tipos de miradas que suelen ser comunes en los perros.
!Me siento tan feliz¡
Una mirada que queremos ver siempre en ellos, unos ojos que nos pueden alegrar un día en el que estamos tristes, o que nos conmueven al ver que nuestro amigo es feliz gracias a lo que nosotros le damos. Esta cara la vemos cuando somos buenos con ellos, los consentimos, los alimentamos con la comida correcta, los sacamos a pasear o cuando jugamos una tarde entera con ellos. ¡Ojalá siempre estuvieran así de sonrientes!
¡Lo siento!
Comencemos con una de las más comunes: la mirada arrepentida, esos ojos que nos dicen: “¡No me regañes!” o “No pude evitarlo”. Es la típica mirada que te ponen después de cometer la travesura o de hacer un daño; además, es una trampa que ellos conocen, nuestra debilidad. ¡¿Cómo regañarlos si nos miran de esa forma?!
¡Amo los paseos!
A veces no alcanzas a percibir esta mirada, pues tan pronto llegan al parque salen corriendo como una bala. Mientras corren, sus ojos expresan una felicidad incomparable, la alegría de sentirse libres, de poder correr y jugar con otros perros, de poner a trabajar el olfato y de descubrir cosas nuevas.
¡Dame, dame, dame!
Esta mirada la conocemos todos: la del “velón”, el que se pone casi estático al pie de la mesa del comedor a esperar que le conviden un poco de esa comida de los humanos, o que de pronto, si es su día de suerte, se caiga un pedazo al suelo. También es una mirada típica cuando tienes algo entre las manos, una galleta quizás, un premio, y está expectante a que se lo des.
¡Qué cansancio!
Después de una tarde entera jugando y correteando, es necesario un descanso. Esta mirada suele ser común tan pronto se llega a casa después de dar un paseo. Se recuestan en su cama, o donde primero se sientan cómodos, a recuperar sus energías para, en unas horas, volver a salir y seguir disfrutando. A veces ponen esos ojos estando en el parque, cuando ya quieren volver a casa a descansar… aunque no es muy común que quieran devolverse, ¿cierto?
¡Estoy confundido!
¿Alguna vez has hecho magia frente a tu perro? Digamos, mostrarle en tu mano una galleta y de un movimiento, ¡pop!, ya no está. Si no lo has hecho, deberías intentarlo para ver por ti mismo esta mirada que te decimos. ¡Es tan cómico! Pero este es solo un ejemplo. Los perros suelen poner esta mirada cuando un sonido les llama la atención, cuando su amo les habla o cuando ven un animal extraño.
¡Estoy muy enojado!
Muchas veces hacemos cosas que tal vez no les agrade mucho a nuestros perros. Esconder su juguete favorito, por ejemplo, u olvidar servirle su plato de comida. También pueden sentirse intimidados o atacados cuando otro perro, en el parque, invade su territorio demarcado o cuando una persona se acerca a su amo. La exposición de los dientes también es una pista clave para darnos cuenta si están bravos. ¡Es mejor tener cuidado cuando se enojan!
¡Eso está sospechoso!
Cuando algo anda mal o las cosas no van como suelen ir, reluce esta mirada en sus rostros, intentando asimilar lo que sucede. Cuando, por ejemplo, un domingo, a la hora que sueles sacarlo a pasear, estás cogiendo tu maleta del trabajo, cuando se dirigen al veterinario o cuando preparas la ducha para darle un baño. También si un gato que merodea cerca de ellos, si hay un pájaro intruso o incluso si un insecto pasa volando por el aire, pueden suscitar en ellos esta mirada profunda.
“I´m sexy and I know it!”
Y por último, las miradas vanidosas. Aparecen cuando menos te lo esperas, y suele ser difícil, por no decir imposible, captarlas en una foto. Solo salen a la luz cuando ellos saben que se están viendo hermosos, tiernos o arreglados. De pronto, si haces una sesión de fotos tras bañarlos y peinarlos, puedas verla en vivo.
Estas son algunas de las miradas más comunes que podemos ver en nuestros perros. No sobra decir que así estas sean las más frecuentes, cada uno de ellos tiene su forma especial de mirar, de comunicarse y de transmitir todos lo sentimientos que puede experimentar un perro. Es fundamental aprender a entender cada una de ellas para así mejorar el vínculo y ser capaces de interpretar una mirada que nos dé una alerta de una situación que podría ser importante y que no deberíamos dejar pasar. ¡Recuerda! No hay nada más sincero que la mirada de tu perro. Con Lucky y nuestro blog, aprenderás muchísimas cosas para que, día a día, le demuestres cuánto lo amas.